Hay un vigía del manto freático capaz de bajarle los zumos a la sequía empecinada y cómplice del más notable déficit de precipitaciones desde el 2023 hasta la actualidad, en esta central provincia cubana.
Y es que el ingeniero hidráulico Rafael González-Abreu Fernández, oriundo del poblado de Pina, sin darse una escapada a las entrañas del acuífero, vislumbra su estructura, distingue las zonas de alimentación, los ríos que le aportan, las descargas a través de los manantiales, manipula las “compuertas” a su antojo y mucho más con la gestión del conocimiento.
El asesor técnico de la avileña Empresa de Aprovechamiento Hidráulico, afirma que el recurso renovable, pero escaso, muy limitado y vulnerable que es el agua, requiere de un manejo eficiente para la subsistencia del planeta ante los efectos del cambio climático.
Avizora él los fenómenos y alerta sobre sus posibles estragos con sabiduría y pasión por ser hidrogeólogo, geofísico, especialista en modelación matemática y máster en Gestión ambiental.
Su herramienta más eficaz es la alerta temprana empleada a fondo hace años en el enfrentamiento a la sequía extrema y la sobreexplotación de los acuíferos.
Con esa inventiva generalizada en el país, ni los vientos del poderoso huracán Irma, a su paso por tierra avileña en 2017, pudieron llevarse el Premio Nacional a la Innovación de Mayor Impacto Económico y Social, conquistado ese año por este hombre de ciencia.
La tecnología, integrada a un software nombrado HidroCuba, ha sido muy útil en la toma de decisiones. Validada como una obra aportadora en la gestión responsable del agua, se ha convertido en metodología y le facilitó al autor la revalidación del propio premio nacional en su edición del 2025, otorgado por la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR).
En la sede de esta organización en el territorio avileño, se conoció que la efectiva aplicación de esas técnicas de manejo de acuíferos posibilitó asumir el crecimiento de las siembras en el polo productivo agrícola La Cuba, en correspondencia con el balance de agua para el presente año, y evitaron el colapso de las fuentes de abasto de Ruspoli que afectaría el servicio de agua a la ciudad de Ciego de Ávila y su periferia.
Desde el punto de vista ambiental se reconoce la cooperación del innovador para la sustentabilidad y calidad del vital líquido en la provincia avileña, donde el 70 por ciento del total de sus reservas acuíferas son de origen subterráneas y el 79 % son utilizadas para el riego agrícola.
La impronta de Rafael González está por doquier: Coordinador provincial del proyecto internacional Euroclima Plus, iniciativa promovida por la Unión Europea, con el objetivo de crear infraestructuras para la vigilancia hidrometeorológica y fortalecer las capacidades que permitan enfrentar el cambio climático y reducir riesgos de desastres asociados a inundaciones y sequías.
Líder del proyecto Mi Costa, orientado a la rehabilitación del ecosistema y la creación de capacidades para la adaptación al cambio climático en poblados costeros, amenazados por el aumento del nivel del mar y las posibilidades de ocurrencia de eventos hidrometeorológicos extremos.
La historia de vida de este consagrado especialista atesora la entrega del reconocimiento Por la Obra de la Vida y el Sello Faustino Pérez, otorgados por la vice primera ministra de la República de Cuba, Inés María Chapman Waugh, en el acto nacional por el Día del Trabajador Hidráulico, celebrado el año pasado, en la avileña Empresa de Aprovechamiento Hidráulico.
Esta entidad es como la primera casa de Rafael. Su desempeño ha contribuido a la obtención del Premio Provincial de Medio Ambiente, la condición 8 de octubre de la ANIR y la categoría de Vanguardia Nacional por 16 años consecutivos, entre otros galardones conquistado por el colectivo laboral.
Tal vez la etapa más difícil para el destacado innovador, en más de 50 años de labor ininterrumpida en el sector hidráulico, haya sido en su terruño cuando cinco sectores hidrogeológicos estuvieron en la fase de alarma y siete en alerta.
Sí hay constancia de su momento más feliz: “Disfruto lo que hago desde mi puesto de trabajo, máxime cuando soy capaz de avizorar lo que puede suceder y contribuir a que se eviten o minimicen las consecuencias”, enfatiza el multilaureado trabajador imprescindible de la ciencia y la innovación en Cuba.