La tropa avileña exhibe cómoda ventaja de 2-0 ante Leñadores de Las Tunas
Los Tigres de Ciego de Ávila ha impuesto sus mejores atributos, y sorpresivamente exhibe dos victorias consecutivas contra Leñadores de Las Tunas, en la gran final de la III Liga Élite del Beisbol Cubano.
Su mejor accionar en los tres renglones de juego, permitió a la tropa del mentor Danny Miranda firmar éxitos por nocaut de 11×1 y luego 6×3, apoyados fundamentalmente en la producción de jonrones (6), aspecto en el cual habían ocupado la última plaza en la fase regular.
El sistema competitivo del certamen establece cuatro triunfos en siete posibles juegos para ganaruel duelo.
Pero la traducción es bien «transparente»: apenas le restan dos. Entonces, ¿podrá neutralizar el hacha de los Leñadores a partir de este martes como visitante en el Estadio Julio Antonio Mella? Hay que esperar.
Lo cierto es que a los cuadrangulares de Samón, Laza, Cepeda, Castillo y Luis Robert -este último despertando del slump ofensivo-, se aferra también la lectura e interpretación de las estadísticas, comparadas con anteriores finales de Series Nacionales y Ligas Élites.
En el deporte, los dígitos son «fríos» y no reportan una real imagen de lo que sucede en el terreno. Así reza un viejo adagio deportivo. Sin embargo, nos reporta el estadístico Rodolfo Álvarez que en certámenes domésticos, 21 finales han comenzado con saldo de 2-0 y en 18 se ha coronado el equipo que las ha conseguido.
Pero hay más. Dos finales nacionales con esas características han incluido a equipos avileños, que las han ganado ambas (contra Industriales en la 51 y ante Pinar del Río en la 55).
Para los Leñadores aún resta repetir las tres remontadas anteriores: Santiago de Cuba a Industriales (38 SN), Industriales a Villa Clara (49 SN) y Granma a Las Tunas (57 SN).
Las Tunas por primera vez se ve 0-2 en finales, pues en las cuatro anteriores las había iniciado ganando 2-0 y de ellas se alzó tres veces con la corona. Apenas cedió frente a los Alazanes de Granma (57 SN).
En el caso de Liga Élite, es la primera ocasión en que una final comienza 2-0. En las dos anteriores hubo división de honores (1-1).