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Foto: Jorge Luis González

Porque soneros somos

Desde ayer miércoles, la Práctica del Son Cubano es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Desde ayer miércoles, la Práctica del Son Cubano es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El sabroso género musical engrosa ya la lista oficial del reconocimiento, que coordina la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

La noticia llega para acrecentar en el corazón el orgullo, a causa de un ritmo nacido en la región oriental de Cuba, que el gran Ignacio Piñeiro, con rotundas palabras, definió como «lo más sublime para el alma divertir».

La decisión de otorgarle al Son el justo miramiento fue ampliamente defendida por un sólido expediente elaborado por los portadores, asistidos, a su vez, por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, el Instituto Cubano de la Música, el Consejo Nacional de Casas de Cultura y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

Más allá del enjundioso aval, solo quien no quiera verlo podría negar el feliz efecto de los acordes soneros en la espiritualidad de los cubanos y de una buena parte de los ciudadanos del mundo, al no poder permanecer estáticos si lo escuchan, al tiempo que corean sus contagiosos estribillos y entran en un estado de real hechizo.

El Son, Patrimonio Cultural de la Nación, es identidad y disfrute, es «una de las expresiones base de la música cubana, con un alto grado de hibridación de las músicas africanas e hispanas», expresa la nota emitida por el Ministerio de Cultura, que lo dio a conocer.

Todo el que ha vivido el Son siente, ante el reconocimiento, el regocijo. Nadie lo ha expresado mejor que ese tresero mayor, nuestro Pancho Amat, quien ha emitido un mensaje en el que asegura que además de los cubanos, también están de fiesta todos los que practican el son, empezando por nuestros hermanos caribeños, que le han aportado nuevos tintes, y también los europeos y asiáticos. «Todos los que practican el Son, los que lo cantan, los que lo bailan, los que lo escuchan, los que lo aman. Es una alegría para los cubanos haber dado un género que ha invadido el mundo para satisfacción de la humanidad».

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