Los Leopardos de Villa Clara afrontan hoy otro duelo crucial ante los Tigres de Ciego de Ávila, en sus aspiraciones de clasificar a la postemporada de la 64 Serie Nacional de Béisbol.

El choque, pactado para el estadio José Ramón Cepero, cargado de tensión y dramatismo, llega cuando la fase regular entra en su recta más cruel. Villa Clara, noveno con balance de 31 triunfos y 34 derrotas, aún respira gracias a una decena de partidos pendientes y a un escenario tan improbable como seductor: ganar casi todo  lo que le queda.

La empresa es titánica. Pinar del Río ya alcanzó las 39 victorias y solo le resta un encuentro, mientras Cienfuegos cerró su calendario con igual cifra, favorecido además por el duelo particular ante los Vegueros. Para colarse entre los ocho grandes, los Leopardos necesitan al menos ocho triunfos —nueve si los pinareños vencen— y sostener el pulso hasta el último out.

El contexto no es del todo adverso. Los villaclareños dominaron sus enfrentamientos directos ante Vegueros y Elefantes, un detalle que puede inclinar la balanza si se produce un empate múltiple. Aferrados a esa rendija matemática, saltarán hoy al césped avileño con la urgencia tatuada en el uniforme.

La víspera confirmó que nadie afloja. Vegueros, Elefantes y Leopardos salieron airosos en sus respectivos compromisos, manteniendo viva una pugna que se resolverá con calculadora en mano.

En el Cepero, Villa Clara doblegó 5-3 a los Tigres, con sólido trabajo monticular de José Carlos Quesada y empuje ofensivo de Ariel Díaz, mientras Rubén Ortega cerró la puerta sin concesiones.

Esta mañana, bajo el sol de invierno de Ciego de Ávila, no habrá espacio para la especulación. Para los Leopardos, cada lanzamiento será una declaración de fe; cada out, un paso más en la carrera contra el destino. Porque mientras quede una posibilidad, la esperanza no se apaga.