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Las propuestas de Pedro

La atractiva obra del artista moronense Pedro Quiñones reactiva el acto de creación basado, esencialmente, en el papel. La vida plasmada a través de sus propuestas constituye una original construcción de significados, los cuales se expresan con la singularidad de una impronta que, si bien, apela a tradicionales técnicas, aporta nuevos empleos del papel como principal recurso expresivo.

Un recorrido por la galería Azagaya —sita en la sede del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba—, resume una extensa, e intensa, proyección artístico-visual del hacedor de exclusivas imágenes.

Punto de vista es la exhibición personal en la cual, el artista de la plástica, —perteneciente al Registro del Creador del Consejo Provincial de las Artes Plásticas—, demuestra versatilidad y dominio técnico.

Varios temas son tratados con la misma cabalidad, pues la esencia de las situaciones problemáticas, así como conflictos humanos en relación a los entornos, se convierten en asideros del rasgado de papeles, modelados, parches y definiciones tanto de colores como de valores.

El silencio del estrés, por ejemplo, es un tríptico —una obra con tres momentos, pero en estrecha conexión entre ellas— donde la sinuosidad es combinada con el ritmo de cada una de las escenas en las cuales es interpretado el estado de ánimo, así como los efectos del deterioro humano en la cotidianidad.

Esta realidad es creada con presupuestos de belleza, debido al nivel composicional obtenido, porque cada elemento conformador del sistema artístico define la mezcla por contraste.

Episodios bíblicos es otro tríptico, compuesto por Del paraíso y sus laberintos, destacando intensos colores, tales como rojo, verdes y amarillo, representando etapas del origen del ser humano, así como conflictos desde ese principio, redundan para bien en esta declaración de amor ágape a la humanidad; Del paraíso y sus demonios, de la misma época de inspiración, cuyo cuestionamiento se dirige a la otredad, convocándola a lo edificante y sano, y la policromía es usada para realzar áreas de la anatomía humana comprometidas con “el pecado original”; y Paraíso perdido, donde se reinterpreta a la serpiente bíblica junto a otras entidades emblemáticas del reconocido pasaje protagonizado por Adán y Eva, pero, no obstante, se insertan fantásticos barcos y cohete de papel, con líneas geométricas, conectadas con diversos niveles de énfasis, pues monedas reales superpuestas confirman el concepto a través de la modalidad escenográfica.

La obra representativa del título de la exposición, Punto de vista, ilustra parte de las realizaciones con apropiaciones de presupuestos de la abstracción como estilo. Un punto rojo contorneado de anaranjado —como epicentro de la composición—, relaciones con simples toques lineales de color amarrillo, así como blancos y grises.

El erotismo es una importante arista de la obra de Quiñones. Entregas como la serie Siluetas atraen por la sobriedad. La espera resalta por la simplicidad del dibujo —a pesar de la calidez concedida, a partir de la predominante calidez del rojo—. La belleza se impone como resultado de la acertada integración del yute, la cartulina y el fino encaje, unido a la exquisitez con que se captó la elemental imagen de mujer.

Por su parte, La espera II destaca porque se enfocó en puntuales experimentaciones sobre contrastes entre blanco y negro, sin simplificarlos a la mera aplicación de figura-fondo sino que explora, además, en la conceptualización de la idea.

Otras series, como Escaleras, exponen la incesante búsqueda de un lenguaje plástico que crece en la medida que se propone la diversificación temática. De igual manera, la obra Composición confirma el estudio de la geometría, así como sus incorporaciones para enriquecer el entramado de su conjugación; triángulos y múltiples giros de esta figura geométrica sugieren diferentes imágenes y, con ellas, inagotables interpretaciones.

La epicidad también está presente en la constante reactivación de la dinámica creativa del artista. Exponente de ello es la propuesta Guerrillero, la imagen del Héroe de Santa Clara, concebido simbólicamente (con rojo y negro), exhibe calidad interpretativa en la recreación del género retrato.

Evocación consiste en una versión del cartel de cine cubano (filme Lucía); una amplia paleta reinterpreta rostros de mujer. Algo parecido sucede con Universus, en el que, minúsculos cuadrados, conforman la composición abstracta, con excelencia.

Inspiraciones respecto a la obra de Raúl Martínez, emergen con Cofradía, un conjunto; Ofrenda llama la atención acerca de la importancia de la preservación de la naturaleza y la responsabilidad de la humanidad ante este desafío; Día y noche muestra los encantos de ambos entornos coronados por las luces del sol y la luna, sin dudas, un canto a la Madre Natura. (Autor: Mayslett Sánchez Clemente)

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