Como mismo se imponen los médicos a todas las dificultades para realizar su labor, así Guayza agasajó este fin de semana, frente al hotel Rueda, a los de batas blancas que tanto alivio y consuelo llevan a los más necesitados.
Con el auspicio del Fondo Cubano de Bienes Culturales, la Asociación Cubana de Artistas Artesanos, y el hotel Rueda, Guayza hizo gala de sus mejores dones con un desfile de telas que no solo iban a tono con el color blanco, sino que, además, jugaban con esos derroteros de la paleta pública como lo son el dolor y el duelo (negro), el peligro y la sangre (rojo); entre otros.
Sus muestras jugaban con los puntos, bordados y desdobles que insinúan una forma casi oculta a la manera que bien sabe manejar un grupo de moda que a sus 25 años de creado, todavía no pierde frescura, originalidad y deseos de mantenerse en el último grito de la moda.
Con todo y apagón en medio del espectáculo, Guayza mantuvo su calma y esperó a que amigos, colaboradores, buscaran el remedo a la sombra y ofrecieran la luz necesaria para ver los diseños exquisitos sobre los cuerpos estilizados de mujeres y hombres que aún sueñan con exponer bellezas.
La noche fue testigo, entonces, de la colección Verso blanco, del binomio compuesto por los hacedores de puntos, hilos y encajes, Litzie Caballero y Frank Perdomo, en un arrebato de buen gusto, destellos y aplausos.
A modo nuestro, la colección también estrenada en este 2025 en la fiesta de la cubanía, fue otro de los momentos cumbres con la producción de Yackelin Vera Palomino, junto a los accesorios de Jorge Luis Pinto; todos unificados en una obra de esplendor y elegancia.
