Todavía resplandecen las transformaciones estéticas realizadas en la ciudad de Ciego de Ávila, al ganar la sede del acto nacional por el Día de la Rebeldía Nacional, el pasado
mes. Edificaciones, espacios públicos, instalaciones gastronómicas, recreativas, de Salud y una serie de locales, fueron remozadas, e incluso, el emblemático Teatro Principal.
Resulta un disfrute visual y espiritual deleitarse con lugares de la ciudad que recuperaron su esplendor, tras un considerable gasto monetario y un respetable esfuerzo por el trabajo de muchas personas. Para conservar cada rincón reparado es necesario cuidar la limpieza, pintura, mobiliario y todo detalle que hace del lugar, un sitio agradable y funcional.
Por citar un mal ejemplo, con frecuencia se observa en el bulevar de la capital avileña, violaciones del reglamento establecido para este hermoso paseo peatonal, centro
comercial y de servicios de la ciudad. Es oportuno que los transgresores sean multados como establece la ley, pero además, la labor educativa, persuasiva es válida para cuidar un sitio emblemático de la capital avileña.
Quienes asistan a los espectáculos programados para el Teatro Principal, deberán tener la disciplina de cuidar cada una de sus elementos: los asientos, las alfombras, los baños, el lobby y cada punto de la hermosa joya de la cultura avileña. E igual conducta tienen que asumir quienes visiten las instalaciones comerciales, gastronómicas y de Salud recién reparadas en la capital avileña y en cualquier punto de la provincia.
Sencillamente, la actitud a mantener es conservar para tener, todo lo bello, funcional y necesario creado para beneficio de la población.