El Primer Secretario del Comité Central del Partido, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezó el acto homenaje por el 130 aniversario del desembarco de Martí y Gómez por Playita de Cajobabo
Playita de Cajobabo.–Las olas llegaban con desacostumbrada serenidad, y el sol parecía contemplar el suceso desde alguna rendija detrás de las nubes, aunque hacía rato había amanecido. El silencio de la brisa era también inusual.
Así estaba la atmósfera de Playita, cuando la pequeña proa emergió por detrás de uno de los peñascos enormes y, a remos, el pequeño bote con su carga inmensa de historia y ejemplo avanzó hasta rozar la arena de Cajobabo.
Seis hombres, jóvenes todos con una bandera en alto tocaron tierra cubana. «¡dicha grande!», exclamó uno de ellos.
Avanzaron hasta el pie de la faralla y allí, junto al monumento, quedó plantada la enseña nacional que no dejaba de ondear.
Fue rememorado de tal manera el desembarco de Martí, Gómez y otros cuatro patriotas por Playita de Cajobabo, 130 años después de su arribo por este punto del litoral sur del Alto Oriente Cubano, para darle un nuevo impulso a la Guerra Necesaria organizada por ellos, que había reiniciado 46 días antes.
Cuba acudió a Playita otra vez. La Isla entera, representada por 130 jóvenes de diferentes sectores y de todas las provincias cubanas, en compañía del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien llegó temprano a este sitio para el convite patriótico.
Igualmente, le acompañaron el miembro del Buró Político del Partido y secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda. Junto a ellos, las principales autoridades políticas y de gobierno en el territorio, y Meyvis Estévez Echeverría, al frente de la ujc Nacional.
Annie Garcés regaló la melodía de versos martianos musicalizados por Eduardo Sosa, antes de que unas pioneras de la localidad acercaran cestas con flores, que los visitantes depositaron en el monumento a los héroes.
Discurso no hubo en esta ocasión. Miradas sí, de lealtad y respeto, pupilas escrutadoras que iban y venían del mar a las rocas enormes y al farallón imponente. Miradas que, al parecer, admiraban el desafío al peligro y a la geografía. Ojos como en busca de alguna respuesta para la misma pregunta: «¡¿cómo fue posible la hazaña?!».
A José Martí y al Generalísimo Máximo Gómez, a los brigadieres Francisco Borrero y Ángel Guerra, al coronel Marcos del Rosario y al capitán César Salas, protagonistas de aquella proeza, Cuba les rindió tributo en Playita de Cajobabo.