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Aguilera, el vola’o

Me atrevo a renombrarlo El vola’o, tanto por su temperamento fuerte, como la osadía en calidad de experto en voladuras controladas que derribaron chimeneas de industrias, zanjaron minas a cielo abierto y abrieron la senda de nuevos aeropuertos dentro y fuera de Cuba.

Un día me invitó a visitar a la temeraria. La torre del antiguo central azucarero Velasco, del homónimo poblado avileño, tenía en tensión a sus habitantes por el inminente peligro de derrumbe y la cercanía a viviendas y centros laborales, la inercia les había multiplicado los achaques a los 96 años de edad.

Aquella fue también como una aventura riesgosa hace unos cinco años. “Ambos fuimos a tantear la situación, con vistas a un posterior estudio que debía hacer yo de cómo derribar la añeja estructura, y casi salimos trasquilados, porque hasta identificación nos solicitaron, ¿se acuerda de eso?”, me dice el avezado constructor.

Y Antonio Eduardo Aguilera Franco hizo el estudio medioambiental, asistió al derrumbe con explosivos del susodicho conducto en 2023 y no me dijo que su protagonismo había quedado casi en el anonimato. Sí reconoció que “cuando a un gigante le dañan los pies se cae solo, pero lo de mayor impacto allí fue que los pobladores acogieron el acontecimiento con una mezcla de alivio y sentimiento, porque la chimenea era un símbolo de la historia local y parte fundamental del patrimonio azucarero”.

Cuenta que esa es una de las demoliciones con explosivos de gran envergadura en la que estuvo presente. “Fui protagonista de este tipo de actividad en el derribo de un montículo cercano al aeropuerto de San Vicente y las Granadinas cuando la instalación se encontraba en la fase constructiva, y también autor principal de ciento y pico voladuras en áreas de la terminal aérea Jardines del Rey, en Cayo Coco”.

De recorrido por su país y parte del mundo, no solo se hizo especialista en detonaciones, irrumpió en minas bajo tierra el experimentado ingeniero geólogo minero y de mayor permanencia laboral activa aún en el sector de la construcción, con 83 años de edad.

Hoy es el presidente del Comité de la Asociación de Innovadores y Racionalizadores, perteneciente a la unidad empresarial de base Obras Varias, número dos, en Ciego de Ávila; es inspector y fundador de esta organización creadora, desde que, con 24 años de edad, integró el colectivo de las minas, en la empresa niquelífera, de Moa, en Holguín.

Más de una veintena de condecoraciones y otros estímulos lo hicieron merecedor recientemente de la Réplica del carné de innovador asociado en vida a la Anir del compañero Fidel Castro Ruz, por ser el Líder Histórico de la Revolución Cubana un ejemplo de tenacidad, optimismo y resistencia, valores que distinguen a los innovadores cubanos, destaca la argumentación de la asociación.

Por ser tan Franco como Aguilera, tiene una potente trilogía para perseverar y triunfar: “Disciplina, humildad y vergüenza”, enfatizó.

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