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Julio César La Cruz tiene la oportunidad de hacer historia en Liverpool, e igualar a los boxeadores más laureados en la élite. Foto: Getty Images / Julio César La Cruz has the opportunity to make history in Liverpool, and equal the most decorated boxers in the elite. Photo: Getty Images

El César del boxeo quiere conquistar Liverpool

Julio César La Cruz afrontará su octavo campeonato mundial, y buscará su sexta medalla de oro en esta lid

Julio César La Cruz, con su estilo característico, siempre que sube al ring nos recuerda la célebre frase del emperador romano Julio César: Veni, vidi, vici. Su cuerpo y habilidades le han bastado para conquistar la gloria.

El camagüeyano es un ganador nato. Sus seis medallas mundiales, cinco de ellas doradas, son carta de presentación suficiente. Liverpool, sede del Campeonato Mundial de Boxeo, es el nuevo objetivo en el mapa del capitán de la escuela cubana.

«Siempre voy por la medalla de oro, aunque a veces no ha salido. Para esta ocasión se ha trabajado duro, y no va a escaparse», confesó.

En la ciudad de Los Beatles tendrá una oportunidad única de hacer historia. De ganar el título, como lo esperan él y su colectivo técnico, igualaría a Félix Savón como los máximos ganadores históricos, con seis.

«Ganarla sería algo muy grande. Voy a salir a hacer lo de siempre, que es brindar lo mejor de mí», explicó.

Su historia dorada a nivel mundial comenzó en el lejano 2011. En ese entonces era un joven que apenas sobrepasaba los 20 años, y ya ganaba su primera corona. Luego vendrían Almaty-2013, Doha-2015, Hamburgo-2017 y Belgrado-2021, acompañado de un tercer lugar en Ekaterimburgo-2019.

«Mi objetivo no es igualar o implantar récords; solo he tenido la suerte de hacerlo», argumentó quien es, además, el máximo ganador de campeonatos nacionales.

En su extensa carrera, Julio ha pasado por varias divisiones, desde los 81 kg hasta la superpesada, en la que concursará en la venidera lid del orbe. «Es un reto importante. No lo veo difícil, porque para los humanos no hay nada imposible en la vida. Le he puesto más deseos y amor a esta nueva división, y me siento bien. No voy a defraudar al colectivo técnico, que ha puesto esa confianza en mí», asegura.

 Como todo ganador, no se amedrenta ante los desafíos. «El pueblo cubano sabe que soy valiente. Yo tengo esa estirpe de mis antepasados, y nuestros patriotas. Con ese valor, salgo adelante».

LIVERPOOL, ¿UNA  ÚLTIMA CRUZADA?

Con sus 36 años, más de 20 peleando en la élite, la edad es un número.  «He cambiado mucho. Todavía tengo habilidades y usaré mi maestría deportiva. Aún tengo aquella esencia del estilo que me hizo ganarme el apodo de la sombra. He incorporado otras cosas en mi repertorio, pues esta división lleva mucha fuerza», relata.

Ese estilo, seguido por unos y criticado por  otros, le abrió las puertas a la gloria.

«Fue obra de Alcides Sagarra. Él le llamaba esgrima boxística. Raúl Fernández ayudó a perfeccionarlo. Con él se hizo más fuerte, y han salido todos estos logros», dijo el camagüeyano.

Tras su coraza de campeón, nos deja ver su lado humano. «Solo quiero ganar medallas para mí, mi mamá y mi Cuba. Con eso me conformo».

Dentro de la escuela nacional de boxeo es un líder. «A los muchachos jóvenes hay que apoyarlos para que puedan llegar a la cima. Busco transmitirles mis vivencias, además de predicar con el ejemplo».

Sin embargo, sabe que se acerca la hora de colgar los guantes. Quizá esta sea su  última campaña «Mi retiro está cerca. Quiero que la Olimpiada de Los Ángeles, en 2028, sea mi último torneo», confesó este hombre, quien  después solo piensa en dedicarle más tiempo a su familia.

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